
odos queremos ser bendecidos, disfrutar de abundancia material y lograr metas económicas para dar estabilidad y crecimiento a la administración de una familia o un negocio. Deseamos alcanzar niveles excelentes en cuanto a a capacidad de producir bienes.
El asunto es que hoy en día proliferan los predicadores que proclaman, sin reparo alguno, la posibilidad de que hombres y mujeres adquieran riquezas y llenen sus bolsillos con acciones tan simples, tales como enviarles una "ofrenda de amor" para su ministerios, comprarles algún producto traído de Tierra Santa, portar en la cartera un pañuelo perfumado con el aceite de la Santa Unción o incluso tocar alguna prenda "bendita".
¡No existen fórmulas mágicas para la prosperidad! Miente quien nos promete progreso de la noche a la mañana.
La prosperidad es parte del plan divino para su pueblo. Pero es necesario notar que, antes de mirarnos en riqueza, el Creador desea vernos comprometidos con él. Existen en la Biblia principios bien establecidos por el Señor con el fin de que, al practicarlos, atraigamos las bendiciones
espirituales y materiales.Precisamos caminar con Dios, obedecer sus mandamientos, mantener la salvación recibida, vivir de acuerdo a sus estatutos. Nuestra fe debe enfocarse no en los bienes terrenales, sino en la gracia que nos ha sido .dada en Jesucristo
Descubra cómo prosperar sobre el fundamento de la verdad de Dios.